PAGAR EL DELIVERY CON LA TARJETA, UNA OPCIÓN CADA VEZ MÁS CERCANA
Con el objetivo de posicionarse como una alternativa de
cobro para los servicios de entrega de comida a domicilio o para profesionales,
el servicio de procesamiento de pagos LaPos Celular anunció junto a Visa la
actualización de su plataforma mediante la lectura de la banda magnética de la
tarjeta de débito o crédito.
Mediante el uso de un lector, que se acopla mediante el conector de audio a
cualquier dispositivo móvil con Android de Google o iOS de Apple, LaPos Celular
simplifica el proceso de cobro al leer la banda magnética de la tarjeta de
crédito o débito, y mediante la aplicación oficial de la compañía, el
comerciante o el operador del teléfono o tableta podrá realizar el pago en
pocos pasos.Para concretar la venta sólo se debe especificar el medio de pago (tarjeta de crédito o débito), la cantidad de cuotas, la comprobación de los datos de la tarjeta (fecha de vencimiento y código de seguridad) y el importe.
Esta plataforma de pagos móviles funciona con una conexión móvil de Internet o vía Wi-Fi, y forma parte de una actualización del sistema LaPos Celular, que en su primera etapa funciona desde teléfonos móviles más modestos, sin lectura de banda magnética y mediante la carga manual de datos. Este servicio se encuentra disponible en 10.000 celulares, y durante el pasado año registró más de 100.000 operaciones.
VENDAN LOS OJOS AL ESPIONAJE DE EE.UU. CON UNA NUEVA APLICACIÓN DE MENSAJERÍA SEGURA
Un grupo de investigadores de la Universidad Carnegie Mellon ha creado una aplicación de mensajería para smartphone que, según ellos, posee tal nivel de seguridad que ni la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. puede romper.
La aplicación, que ha sido bautizada como 'SafeSlinger', se puede obtener de forma gratuita en la tienda iTunes de Apple, y en la tienda Play Google para los teléfonos Android. Los investigadores aseguran que con esta aplicación solo el autor y su receptor pueden conocer el contenido de los mensajes, los cuales —afirman— no pueden ser leídos ni por los operadores de teléfonos móviles, ni a través de internet, ni ser interceptados por una tercera persona.
En un comunicado de prensa de la universidad, el programador Michael W. Farb dijo que 'SafeSlinger' proporciona una transferencia de archivos "sin depender de la compañía de teléfonos o de cualquier dispositivo que no sea su propio smartphone". Lo que caracteriza a esta aplicación es que los mensajes permanecen encriptados hasta que llegan a su destino.
La aplicación fue presentada la semana pasada en la Conferencia MobiCom 2013 en Miami sobre informática móvil y redes.
La semana pasada un grupo de programadores rusos informó sobre el desarrollo de una aplicación de mensajería llamada 'Telegram' que permite que solo dos personas puedan tener acceso al contenido del mensaje: su autor y su receptor, nadie más.
PRIMER USO EN SERES HUMANOS DE UNA INTERFAZ ENTRE CEREBROS
En un experimento tan fascinante como inquietante, un investigador ha
controlado a distancia movimientos corporales de un colega mediante una
interfaz que mantuvo conectados vía internet los cerebros de ambos. Es la
primera vez que dicha interfaz se prueba de esta manera, y hasta donde se sabe
(nunca puede descartarse que algo así ya se haya hecho en secreto, por ejemplo
en el ámbito militar), ésta es también la primera vez que se pone en práctica
una interfaz de esta clase conectando dos cerebros humanos.
La proeza tecnológica es fruto del trabajo de un grupo de científicos de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos.
En el experimento, Rajesh Rao, el emisor, estaba sentado en su laboratorio llevando puesto un gorro con electrodos conectados a un aparato de electroencefalografía, el cual registra la actividad eléctrica del cerebro. Otro investigador, Andrea Stocco, el receptor, estaba en su laboratorio, al otro lado del campus de la universidad, llevando puesto un gorro marcado para indicar el punto de estimulación sobre el que actuaría una bobina de estimulación magnética transcraneal que fue posicionada directamente sobre el sector izquierdo de su corteza motora, que controla el movimiento de la mano derecha (cada sector controla el lado opuesto.)
El equipo de científicos estableció una conexión vía Skype por internet, a fin de que el personal del grupo del emisor y el del grupo del receptor se pudieran coordinar para el experimento, pero ni Rao ni Stocco podían ver las pantallas de Skype.
Rao miraba a la pantalla de un ordenador y jugaba con un videojuego sencillo con su mente (mediante una interfaz cerebro-ordenador). Cuando debía disparar con un cañón contra un objetivo, él imaginaba con fuerza que movía su mano derecha (con cuidado de no moverla de verdad), haciendo que un cursor activara el botón de "disparar". Casi instantáneamente, Stocco, que estaba usando auriculares que cancelaban cualquier sonido delatador y que no estaba mirando ninguna pantalla de ordenador, involuntariamente movió el dedo índice de su mano derecha y presionó la barra espaciadora de un teclado, como si disparase el cañón del videojuego. Stocco comparó la sensación de mover involuntariamente su mano con la de un tic nervioso.
La proeza tecnológica es fruto del trabajo de un grupo de científicos de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos.
En el experimento, Rajesh Rao, el emisor, estaba sentado en su laboratorio llevando puesto un gorro con electrodos conectados a un aparato de electroencefalografía, el cual registra la actividad eléctrica del cerebro. Otro investigador, Andrea Stocco, el receptor, estaba en su laboratorio, al otro lado del campus de la universidad, llevando puesto un gorro marcado para indicar el punto de estimulación sobre el que actuaría una bobina de estimulación magnética transcraneal que fue posicionada directamente sobre el sector izquierdo de su corteza motora, que controla el movimiento de la mano derecha (cada sector controla el lado opuesto.)
El equipo de científicos estableció una conexión vía Skype por internet, a fin de que el personal del grupo del emisor y el del grupo del receptor se pudieran coordinar para el experimento, pero ni Rao ni Stocco podían ver las pantallas de Skype.
Rao miraba a la pantalla de un ordenador y jugaba con un videojuego sencillo con su mente (mediante una interfaz cerebro-ordenador). Cuando debía disparar con un cañón contra un objetivo, él imaginaba con fuerza que movía su mano derecha (con cuidado de no moverla de verdad), haciendo que un cursor activara el botón de "disparar". Casi instantáneamente, Stocco, que estaba usando auriculares que cancelaban cualquier sonido delatador y que no estaba mirando ninguna pantalla de ordenador, involuntariamente movió el dedo índice de su mano derecha y presionó la barra espaciadora de un teclado, como si disparase el cañón del videojuego. Stocco comparó la sensación de mover involuntariamente su mano con la de un tic nervioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario